Cuando estaba en la primaria, yo era un chico popular. Creo que las
personas a mi alrededor pensaban que tenía una cara atractiva, era bueno
en los estudios y deportes, y era un chico amable con muchos amigos. Sin
embargo, al momento en el que me gradué de secundaria mi reputación
cambió a la de “Un chico con una cara atractiva que toma ventaja de su
apariencia para meterse con muchas chicas y luego rechazarlas cuando
ellas le confiesan sus sentimientos.” Yo podía contar con una mano el
número de chicas que rechacé, y de ellas, solo 2 eran conocidas mías, pero
una vez el rumor se difundió, no había forma de cambiarlo.
Me preguntaba qué había hecho mal en la secundaria. Pensándolo,
llegué a la conclusión de que ser “bueno” fue un error. Mi vida en la
escuela secundaria empezó a ir mal cuando cierta chica confesó sus
sentimientos por mí. Ella era una de las chicas más populares en mi clase,
pero yo no estaba interesado en el romance, así que la rechacé. Entonces
ella empezó a intimidarme, probablemente porque la herí. Bueno, las
intimidaciones fueron resueltas en unos cuantos días, pero desde ese día
en adelante, mi juventud enloqueció.
La “alegre y resplandeciente juventud” que yo había soñado en la
secundaria no se cumplieron, porque yo fui demasiado brillante. Así que
decidí esconder el hecho de que era brillante para obtener la “pacífica y
tranquila juventud” que yo quero ahora que estoy en preparatoria.
Hoy fue el día de la ceremonia de entrada en mi escuela
preparatoria. Me miré al espejo para comprobar mi apariencia. Mis ojos
están obscurecidos por mi largo flequillo y mis gafas de montura gruesa
debajo. Aparte de mi flequillo, no me he peinado en lo absoluto, y está
desordenado. Si, se ve bastante simple, si mi cabello se levanta por culpa
del viento o algo, las personas podrían ver mi cara, entonces creo que
usaré una mascarilla todo el tiempo de forma adicional mientras esté
fuera. Pero si usara una mascarilla todo el tiempo, me vería sospechoso,
así que solo la usaré mientras esté fuera y sea más probable que mi cabello
se levante.
Casi era hora de irme. Vivo solo en un pequeño departamento, lo
cual es inusual para un estudiante de preparatoria. Hay numerosas razones
por las cuales vivo solo, unas cuantas son para practicar para el futuro y
que la escuela está un tanto lejos, pero la razón principal es que no quería
estar en casa. Cuando estuve en secundaria perdí la confianza de mi
familia y me sentía incómodo. Por lo tanto, cuando empecé la
preparatoria le pregunté a mis padres si podía vivir solo.
Me puse una mascarilla, salí de casa, cerré la puerta y caminé a la
estación de tren.
Después de caminar por aproximadamente 10 minutos, llegué a la
escuela. Muchos estudiantes están reunidos al lado de la entrada principal
de la escuela. Probablemente porque los carteles sobre las ubicaciones de
las clases estaban ahí.
¿En qué clase estoy?... Ahí está, clase A.
Paré de pensar cuando llegué a ese punto. Fue porque el nombre
que vieron mis ojos, Sumika Hosokawa, es un nombre que he visto
mucho desde antes que empezara la escuela primaria. Era el nombre de
una chica cuyos padres vivían cruzando la calle y a quien he conocido
desde antes de entrar en la escuela primaria. Era el nombre de una amiga
de la infancia quien fue la razón principal o secundaria de mi colapso
mental en la escuela secundaria.
Oh… mi vida de preparatoria podría terminar pronto.
Demasiada mala suerte. La primera cosa que me sorprendió fue que
estábamos en la misma escuela. No lo sabía, porque no he hablado con
ella desde las vacaciones de verano de mi tercer año de secundaria.
¡O quizá solo sea el mismo nombre! Sumika Hosokawa es un nombre
bastante común. Creo que he visto ese nombre al menos 5 o 6 veces en mi vida. Si,
solo debe ser el mismo nombre.
Con eso en mente, fui a mi salón de clases con una leve esperanza.
1-A es el salón al final del tercer piso. Abrí la puerta, tratando de
mantener el traqueteo de la puerta lo más silencioso posible.
... ¡Bien! ¡No está aquí! ¡Puede que en serio solo sea el mismo nombre!
No había señales de Sumika dentro del salón. De un rápido vistazo,
parecía no haber nadie que conociera. Probablemente nadie en este salón
sabe de los rumores sobre mi en secundaria. Estuve tentado a señalar a los
estudiantes que supieran de ello, uno por uno, pero eso me haría destacar
así que busqué mi asiento y me senté. Ya que me llamo Shota Ishikawa,
estuve siempre en el frente del salón, pero parecía que este no era el caso.
Me sorprendió cuando vi que, en esta preparatoria, los estudiantes se
sientan por su número de asistencia empezando desde la parte de atrás del
salón. Me preguntaba si sería más fácil ver la clase desde la parte de atrás
cuando se mira al atril. Por eso mi asiento era el penúltimo del salón, el
segundo más cerca al pasillo. En otras palabras, mi número de asistencia
es el número 2. Por el momento, solo jugaré con mi celular.
Después de un rato, el maestro, quien era probablemente mi
maestro de aula, entró al salón. Al mismo tiempo, sonó la campana.
…
Uhmm, Pensando en ello, ¿Será Sumika Hosokawa una persona diferente
con el mismo nombre?
Con eso en mente, dirigí mi mirada al asiento de Hosokawa-san que
había comprobado anteriormente. Sentada ahí había una chica hermosa
con largo cabello negro y unos ojos y nariz bien definidos; Aunque, ella
me estaba viendo con una expresión terrible que arruinaba tan bella
apariencia. Era sin lugar a duda mi amiga de la infancia. Nuestros ojos se
encontraron e hice un gesto de mirar a la ventana apenas cambiando la
dirección de mi mirada. En ese momento, si inmediatamente hubiera
bajado la mirada, habría sido obvio que la estaba observando, así que solo
miré a la distancia y traté de ser vago a cerca de eso.
Después de eso, escuché al profesor de aula presentándose a si
mismo y luego dirigiéndose a la ceremonia de entrada. La ceremonia de
entrada terminó antes de que lo notara ya que estaba pensando sobre
Sumika.
Entonces, regresamos al salón de clases y el maestro de aula se
presentó nuevamente. Después de eso, fue finalmente el momento para
que los estudiantes se introdujeran a si mismos. El primero fue Abe,
quien estaba a la par mí. Después de la auto presentación de Abe, era mi
turno.
⎯Soy Shota Ishikawa. Estuve en el club de bádminton en secundaria,
y espero trabajar con todos ustedes el resto del año.
Perfecto. Terminé mi auto presentación con mi nombre, mis
actividades de club en secundaria y mis mejores deseos para el año, así
que me senté. Si solo hubiera dicho mi nombre y hola, habría dejado una
impresión duradera, pero con esto, lo único reconocible sería “Oh, él
estuvo en el club de bádminton…” lo cual será olvidado dentro de 3
presentaciones más.
Después de eso escuché las auto presentaciones una por una. Una
vez tienes una cara y el nombre, difícilmente los olvidarás, así que debes
concentrarte en escuchar las presentaciones.
Ahora, la siguiente es… Oh, no necesito escuchar esta.
⎯Soy Sumika Hosokawa, Es un placer conocerlos.
Es el tipo de presentación que deja una impresión duradera en mí.
No estoy seguro de qué hacer con eso. Me pregunto si estaba nerviosa. De
cualquier forma, no es de mi incumbencia.
Después de las últimas presentaciones y repartir los folletos, el
primer día de escuela estaba terminado.
⎯Hey, Ichikawa-kun, ¿Estuviste en un club de bádminton?
⎯Oh, sí.
⎯Yo también estuve en un club de bádminton.
⎯Oh, ¿En serio? ¿Jugarás en preparatoria también?
⎯Sí. ¿Qué hay de ti, Ishikawa?
⎯No, no creo que yo vaya a jugar en preparatoria.
⎯Oh, ya veo… que mal.
La persona que me habló fue Yuki Abe, quien tiene el número de
asistencia uno. Lo lamento, pero he decidido no participar en ninguna
actividad de club en preparatoria. Es algo bueno que no les haya dicho
sobre todas mis actividades de club en secundaria. Bueno, ahora ya es
tarde.
Después de la conversación, yo dije “te veo luego”, como ya estaba a
punto de salir del salón de clases, Abe dijo “Hey, ¿Puedo caminar contigo
hasta que tengamos que separarnos?”, y me siguió.
Después de eso,
empezamos a hablar sobre el tema en común de bádminton, el cuál
acabábamos de encontrar, luego hablamos sobre otros temas y nos
separamos.
Estaba preocupado de no ser capaz de poder hacer amigos en
preparatoria, mejor dicho, no ser capaz de considerarlos como “amigos”,
pero parece que mis miedos dieron justo en el blanco. En secundaria, yo
habría sentido como si hubiera hecho un nuevo amigo, pero ahora no me
sentía de la misma manera. Creo que estoy más traumatizado a la idea de
tener amigos de lo que pensaba. Bueno, supongo que no tiene remedio.
No quisiera sonar grosero cuando digo que me estoy rehabilitando, pero
Abe no parece ser una mala persona, y haré todo lo posible para hacerlo
sentir como un amigo.
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